Fidel vive los últimos momentos de su desencantada existencia.
Sabe que su tiempo termina y, cumpliendo con una vocación
literaria abandonada en la juventud, decide llevar su vida al
papel. Quiere, además, narrar las vidas de las personas que
tuvieron una relación más estrecha con él y, por ello, comienza
a construir también una novela. Diario y obra de ficción, su
verdadera historia y las de quienes pasaron por su vida, se
entrecruzan, y allí donde no alcanzan su memoria
o su conocimiento, Fidel se alía con la imaginación.
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